La edad de 45 años empieza a ser el punto de inflexión para quedar excluido definitivamente del sistema productivo.
Las personas de 45 años en adelante son considerados sin entusiasmo, sin excelencia profesional y sin capacidad de acceso a cargos de dirección.
Según la encuesta de Población Activa, los salarios ofrecidos a las personas en paro, jóvenes y mayores, no reflejan diferencias de edad sino que simplemente castigan a los mayores con mayores tasas de desempleo.